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lunes, 29 de agosto de 2022

Simbolismo

            El simbolismo es sin duda uno de los niveles de expresión más difíciles de conseguir en fotografía y otras artes visuales. Nuestras asociaciones con los símbolos dan sentido a la forma en que percibimos las experiencias visuales. 

En términos básicos, el simbolismo se refiere al uso de señales visuales para expresar un concepto. El mundo medieval era un mundo lleno de imágenes. En una época en la que sólo una minoría sabía leer y escribir las imágenes se convirtieron en el alfabeto no sólo del pueblo, sino también de los grupos más cultos. Así por ejemplo, el búho se asociaba con la sabiduría, el león con la valentía y la fortaleza, la cruz con la iglesia y sus instituciones y una calavera con la muerte. 

Durante la asistencia a un taller de fotografía en Río Tinto, en uno de los recodos me percaté de la posibilidad de obtener alguna imagen de carácter simbólico aprovechando el movimiento de grupos de espumas sobre el poco profundo cauce y el lecho rojizo del río, emulando una de las fotografías del maestro Juan Tapia.

Evidentemente el resultado era totalmente incierto antes de realizar el disparo, ya que aunque la técnica a utilizar es totalmente intencionada, resulta extremadamente difícil “dibujar” una forma reconocible preconcebida. Aún así, lo intenté: fijé el diafragma a f/13 y la velocidad de disparo en 0,4 segundos y probé repetidamente a disparar sobre las espumas en movimiento mientras realizaba sutiles movimientos circulares con la cámara. 

De este modo llegué a obtener varias fotografías similares a la que aquí se muestra, de un claro contenido simbólico en la que se mezclan por un lado las figuras de varios corazones (símbolo del amor) sobre un fondo rojizo, color de la sangre y símbolo a su vez del amor, el calor, la emoción y la pasión, y en la que la repetición de los motivos ponen de manifiesto igualmente la figura retórica de la “aliteración”, que refuerza el mensaje y proporciona ritmo y musicalidad a esta imagen de estilo minimalista.


        En el mismo escenario, los meandros de Río Tinto, está realizada la imagen inferior, también de estilo minimalista y un nivel de expresión abstracto y simbólico.

        Aprovechando la iluminación de las horas centrales del día sobre los lodos de la orilla contraria del río que potenciaba la intensidad de las tonalidades predominantemente cálidas de los mismos, realicé un barrido horizontal o paneo de modo que quedaran desdibujados los detalles.


      Bastó que en el postprocesado de la imagen se incrementara levemente la intensidad de la mancha amarilla central para simular un atardecer inexistente. En este caso, el sol queda representado simbólicamente no por un objeto sino por un color, al igual que la atmósfera romántica que da la sensación que envuelve al mismo, creando a su vez una metáfora visual del crepúsculo del día.