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domingo, 30 de octubre de 2022

La cuadratura del círculo

Uno de mis estilos pictóricos favoritos es el Surrealismo, mediante el cual podemos obtener imágenes carentes de sentido lógico o abiertas a múltiples interpretaciones y que hacen referencia a lo imaginario, a lo irracional, a lo inconsciente e incluso a lo onírico o asociado a los sueños en un contexto misterioso o incluso absurdo.

En este contexto fue realizada la siguiente imagen, en la que mediante la utilización de un espejo colocado horizontalmente ante el objetivo de la cámara se pretendía crear un círculo u óvalo en el que la mitad superior corresponde a las ramas superiores de unos chopos que destacaban sobre el cielo sin nubes (parte real), mientras que la inferior mostraba su reflejo en el espejo (que oculta la base de los árboles) creando de este modo una ilusión óptica y cierta inquietud en el espectador.

El entrenamiento de la mirada permite sacar partido también de aquellos entornos sin aparente potencial fotográfico para obtener imágenes únicas y personales, despertar sensaciones y evocar sentimientos, en muchos casos de un modo más efectivo incluso que a través de los típicos grandes paisajes abiertos o localizaciones espectaculares.




Pictorialismo

El pictorialismo fotográfico es un movimiento artístico que pretende emular las obras pictóricas de los dos últimos siglos, principalmente de estilo impresionista, mediante la utilización de desenfoques, lentes especiales, movimientos de cámara, y otros recursos con el fin de conseguir este objetivo en la propia cámara, sin emplear otro tipo de manipulaciones en el postprocesado.

En mi caso, me resulta muy útil la utilización de un objetivo catadióptrico para conseguir imágenes de este estilo. Para ello selecciono algún motivo (los bosques suelen ser un buen recurso) que se encuentre en un plano lejano, ya que trabajamos con focales de un mínimo de 500 mm y que incluya a ser posible colores brillantes. El resto de la técnica consiste básicamente en desenfocar ligeramente el primer plano de modo que las propiedades del propio objetivo hagan que el brillo de las hojas transformen estas en unos círculos conocidos como donuts. Otro de los resultados que ofrece la utilización de este objetivo son los colores apastelados de la foto y los tonos fríos de las zonas en sombra.

Las imágenes siguientes fueron obtenidas mediante la utilización de esta técnica en unas choperas al inicio del otoño, cuando las hojas de los árboles comienzan a ofrecer la variedad cromática propia de esta estación y los troncos empiezan a desnudarse, de modo que unas y otros resultan mínimamente reconocibles.

Con ello pretendo, dentro de mi estilo personal, expresar y despertar emociones más que describir los escenarios de un modo documental, intentando plasmar una manera distinta de percibirlos, en la frontera entre la realidad y la fantasía, sugiriendo, evocando, causando incertidumbre y haciendo soñar al espectador, transportándolo a un mundo donde lo real y lo imaginario se confunden dejando a un lado las normas y reglas fotográficas.



miércoles, 7 de septiembre de 2022

Alucinación

El estramonio es una planta venenosa de la familia de las solanáceas. Crece en zonas cálidas eutrofizadas como orillas de ríos, establos, estercoleros, escombreras y vertederos de basuras. Es capaz de adaptarse a todo tipo de suelos, desarrollándose de manera más vigorosa en los suelos húmedos con nitratos abundantes. 

Entre sus efectos se encuentran las alucinaciones visuales, auditivas o táctiles que produce su ingesta. 

Siguiendo con el nivel simbólico de la entrada anterior, y recurriendo al recurso narrativo de la metáfora, he querido representar en esta imagen una flor desenfocada de girasol, como si de una alucinación se tratara provocada por el efecto del estramonio, cuyas flores se muestran en primer plano enmarcando la representación del astro rey.

Por otro lado, el uso de colores complementarios permite dotar a la imagen de mayor contraste y armonía.



lunes, 29 de agosto de 2022

Simbolismo

            El simbolismo es sin duda uno de los niveles de expresión más difíciles de conseguir en fotografía y otras artes visuales. Nuestras asociaciones con los símbolos dan sentido a la forma en que percibimos las experiencias visuales. 

En términos básicos, el simbolismo se refiere al uso de señales visuales para expresar un concepto. El mundo medieval era un mundo lleno de imágenes. En una época en la que sólo una minoría sabía leer y escribir las imágenes se convirtieron en el alfabeto no sólo del pueblo, sino también de los grupos más cultos. Así por ejemplo, el búho se asociaba con la sabiduría, el león con la valentía y la fortaleza, la cruz con la iglesia y sus instituciones y una calavera con la muerte. 

Durante la asistencia a un taller de fotografía en Río Tinto, en uno de los recodos me percaté de la posibilidad de obtener alguna imagen de carácter simbólico aprovechando el movimiento de grupos de espumas sobre el poco profundo cauce y el lecho rojizo del río, emulando una de las fotografías del maestro Juan Tapia.

Evidentemente el resultado era totalmente incierto antes de realizar el disparo, ya que aunque la técnica a utilizar es totalmente intencionada, resulta extremadamente difícil “dibujar” una forma reconocible preconcebida. Aún así, lo intenté: fijé el diafragma a f/13 y la velocidad de disparo en 0,4 segundos y probé repetidamente a disparar sobre las espumas en movimiento mientras realizaba sutiles movimientos circulares con la cámara. 

De este modo llegué a obtener varias fotografías similares a la que aquí se muestra, de un claro contenido simbólico en la que se mezclan por un lado las figuras de varios corazones (símbolo del amor) sobre un fondo rojizo, color de la sangre y símbolo a su vez del amor, el calor, la emoción y la pasión, y en la que la repetición de los motivos ponen de manifiesto igualmente la figura retórica de la “aliteración”, que refuerza el mensaje y proporciona ritmo y musicalidad a esta imagen de estilo minimalista.


        En el mismo escenario, los meandros de Río Tinto, está realizada la imagen inferior, también de estilo minimalista y un nivel de expresión abstracto y simbólico.

        Aprovechando la iluminación de las horas centrales del día sobre los lodos de la orilla contraria del río que potenciaba la intensidad de las tonalidades predominantemente cálidas de los mismos, realicé un barrido horizontal o paneo de modo que quedaran desdibujados los detalles.


      Bastó que en el postprocesado de la imagen se incrementara levemente la intensidad de la mancha amarilla central para simular un atardecer inexistente. En este caso, el sol queda representado simbólicamente no por un objeto sino por un color, al igual que la atmósfera romántica que da la sensación que envuelve al mismo, creando a su vez una metáfora visual del crepúsculo del día.





domingo, 5 de junio de 2022

Los cipreses

El pictorialismo fotográfico es una corriente que pretende obtener directamente de la cámara imágenes distorsionadas de la realidad mediante la utilización de diversas técnicas: desenfoques, objetivos especiales, filtros, vaselinas, etc. simulando obras pictóricas.

La realización de un taller fotográfico en Río Tinto me permitió practicar entre otros con el efecto del llamado "trampantojo" (técnica pictórica que intenta engañar a la vista jugando con la perspectiva, el sombreado y otros efectos ópticos).

Con esta intención se realizó esta fotografía, en la que mediante la utilización de un filtro polarizador podemos apreciar a través de la sombra proyectada por los árboles de la orilla contraria las algas y rocas que cubren el lecho del río. Se ha utilizado un balance de blancos frío y una ligera alta exposición girando finalmente la imagen resultante 180º.

El resultado es una fotografía con aspecto pictórico de estilo impresionista que recuerda la obra "Cipreses" del pintor Vincent Van Gogh (que se reproduce al final).




(Cipreses, de Vincent Van Gogh)




jueves, 5 de mayo de 2022

Las ideas claras

Me defino como un fotógrafo de naturaleza con una mirada pictórica, y dentro de este estilo me siento influenciado por varios autores de diversas corrientes de los dos últimos siglos: impresionismo, romanticismo, abstracción, expresionismo, etc. Uno de mis preferidos es sin duda el surrealista belga René Magritte.

Con un claro estilo personal, pintaba todo tipo de objetos de forma inmediatamente reconocibles, pero al mismo tiempo, de modo que llamaban la atención por una representación incoherente o imposible rompiendo nuestros esquemas lógicos habituales. A la vez gustaba de jugar con el espectador dotando a sus obras de títulos que a primera vista nada tenían que ver con lo representado: "La relación entre imágenes y título no retiene de los objetos sino ciertas de sus características, habitualmente ignoradas por la conciencia, presentes a veces en acontecimientos extraordinarios que la razón no ha podido hasta ahora dilucidar".

Fue así como durante la realización de un taller fotográfico con los maestros David Santiago y Juan Tapia en los campos de colza de Guadalajara vi la oportunidad de emular una de las obras del belga utilizando para ello una técnica con espejos. Se trataba de representar una encina situada ante mí de forma que quedara "suspendida en el aire", mientras que en la parte inferior de la imagen quedara reflejado "el mar de colza" que se extendía a mis espaldas, emulando de este modo la obra "Las ideas claras" de Magritte en la que una enorme roca se representa ingrávida entre las nubes y el océano.

La técnica es relativamente simple, aunque requiere de bastante práctica y de la selección de un escenario y luces adecuados. Una vez elegido y enfocado el motivo frente a la cámara (en este caso la encina), ha de colocarse un espejo ante el objetivo en posición bastante perpendicular al mismo, de modo que consigamos que en la parte inferior del encuadre pueda verse reflejado el escenario que hay a nuestras espaldas y que a la vez la parte del cielo reflejada "borre" la base en la que se asienta la encina de la parte anterior. Hemos de tener tres precauciones básicas para la realización de esta técnica:

  • Utilizar la máxima apertura focal posible para evitar que en la zona de profundidad de campo pueda distinguirse el límite o canto superior del propio espejo.
  • Emplear una velocidad alta forzando si fuera preciso el ISO, ya que la posición del espejo ha de graduarse "a mano", y por muy firme que tengamos el pulso, siempre se produce cierta trepidación.
  • Intentar que tanto la parte anterior como la posterior a la cámara tengan una iluminación similar para evitar que una de ellas quede iluminada y la otra en sombra. Para ello una buena opción es utilizar ambientes nublados o bien las horas centrales del día.
El resto es cuestión de práctica. He aquí el resultado y finalmente la imagen de la obra de Magritte.



"Las ideas claras" (René Magritte)