Era una tarde
de febrero y los almendros estaban en pleno esplendor floral. Una buena
oportunidad para experimentar con todo tipo de técnicas fotográficas. Después
de trastear con varias de ellas se me ocurrió algo que no había probado nunca
antes.
La idea
consistía en centrar la atención sobre unas flores como motivo principal que
destacaran sobre un fondo difuso conseguido mediante algún paneo sin utilizar
una doble exposición, en una toma única, intentando transmitir la idea de la
esperanza en un ambiente de incertidumbre y perturbación.
Se me ocurrió
utilizar un brazo flexible de los que se emplean en fotografía macro para
inmovilizar un tallo, de tal modo que un extremo quedara fijado a la cámara y
en el otro estuviera sujeto un ramillete de flores. De este modo, una vez
enfocadas éstas y ajustados los parámetros para una exposición de
aproximadamente medio segundo, al realizar cualquier tipo de barrido (circular
en este caso), el motivo principal quedaría enfocado mientras que el fondo
resultaría “movido”.
Evidentemente
la técnica es mejorable y hubo que realizar numerosos disparos y ajustes hasta
conseguir algo parecido al resultado pretendido. La edición posterior es muy
básica y consistió únicamente en bajar la exposición del fondo mediante el
pincel de ajuste.
Reconozco que hace unos años, cuando me limitaba a
realizar fotografía documental, me hubiera resultado impensable utilizar
técnicas de este estilo para expresar ideas y sentimientos personales, pero
tengo muy claro que la asistencia a talleres especializados, la documentación y
la continua experimentación nos permiten acceder a la creatividad que algunos
afortunados poseen de forma innata y mostrar con otros ojos la belleza de la
naturaleza que nos rodea por doquier.